Los retenes axiales se utilizan primordialmente como juntas protectoras de rodamientos de rodillos. Su tamaño coincide con el de los rodamientos de rodillos. Si es necesario evitar que se escape algún fluido, se recomienda utilizar un diseño dotado de un labio de estanquidad interno. El diseño con labio de estanquidad externo es idóneo para aislar herméticamente grasa y para la protección contra la entrada de suciedad del exterior.
En ambos tipos de diseños, el labio de estanquidad de elastómero es accionado axialmente por un resorte en forma de araña, contra la superficie de contacto opuesta. La fuerza de compresión lineal es menor que en el caso de los retenes (alrededor de un tercio), pero se mantiene constante durante el funcionamiento. No hay una reducción de la fuerza de contacto debida a la expansión térmica, como en los retenes, y el mayor diámetro de la arista de estanquidad deslizante no tiene una influencia decisiva en la fricción.